viernes, 7 de octubre de 2011

Semana de la arquitectura (I)

Como todos los años por estas fechas, al menos desde que empecé la carrera en 2006, el COAM en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid organiza la Semana de la Arquitectura. Pese a que mi sensación es que cada vez se organizan menos visitas a edificios (aunque muchas exposiciones y conferencias), siempre ofrecen alguna con verdadero interés, a edificios que de otra manera sería imposible entrar.

El primer edificio del que voy a hablar es el Instituto del Patrimonio Nacional, del arquitecto Fernando Higueras.
Premio Nacional de Arquitectura en 1961, el anteproyecto de Fernando Higueras y Rafael Moneo no fue sin embargo el que finalmente se construyó.




 Hubo que esperar hasta 1965, y esta vez en colaboración con Antonio Miró, para que las obras comenzasen, quedando únicamente del anterior trabajo la forma circular de la planta y reduciendo considerablemente sus dimensiones. Tras el importante parón que sufrieron en 1967, el edificio no pudo ser terminado hasta los años ochenta.




Llevo viendo este edificio desde la Escuela durante toda la carrera. Al principio, sin saber muy bien lo que era, me llamaba la atención y punto. Más tarde me enteré de que era obra de un tal Higueras, casi desconocido para mi. Me enteré del uso del edificio, pero no dejó de ser una bella escultura que servía como telón de fondo al patio principal de la Escuela.

Así que al prestarse la oportunidad de conocer este singular edificio, no me lo pensé dos veces: a cinco diez minutos andado de la Escuela, no había excusa para no conocerlo.







Esta es una secuencia de entrada. El acceso está marcado por la ausencia de los"gajos" que configuran el edificio, de planta circular. La monumental escalinata da acceso, tras pasar por dos amplios rellanos y estar cubierta de dos maneras diferentes, el patio central del edificio. Ocupa cuatro de los sesenta gajos estructurales. Los vidrios que aparecen en la imagen y que impiden el acceso directo al conjunto no existían en el proyecto original.



Incluyo aquí dos plantas del edificio para facilitar su comprensión. Los espacios sombreados en las plantas son patios interiores, cinco, de dimensiones coniderables (el diámetro del edificio es de ochenta metros). Se puede apreciar la claridad estructural del proyecto, con unas líneas de crujía que además de ubicar las vigas, se dibujaban en los pavimentos del edificio en todas sus plantas.

La forma circular del Instituto del Patrimonio se debe a la obsesión de Higueras por estas formas y a una necesidad funcional: resultaba muy importante en un edificio dedicado a la restauración que los recorridos fuesen lo más cortos posibles, por lo que la forma circular resultó ser idónea.







El patio interior es un lugar desde el que se puede percibir prácticamente todo el edificio: a cada lado del eje que marca la entrada se encuentran las escaleras que conectan verticalmente el conjunto. En el centro del mismo aparece un gran lucernario semiesférico de metacrilato que ilumina la espectacular biblioteca de la única planta que está parcialmente bajo rasante. Desde este mismo patio se puede apreciar la azotea y, finalmente, los cuatro patios que unen y dan fluidez a todos los espacios.

Cabe señalar que todos los patios fueron proyectados sin cubrición alguna, pero debido a las inclemencias del clima madrileño, el propio Higueras tuvo que diseñar ligeras estructuras metálicas que permitiesen cubrir los patios dejando pasar la luz en la medida de lo posible. Así, estas celosías metálicas provocan un fuerte contraste con la potente estructura portante de hormigón del resto del edificio.





La azotea se convierte también en un lugar que relaciona espacios. Es aquí donde mejor se pueden percibir los lucernarios piramidales que le han dado al edificio el nombre de "corona de espinas". Este manera de rematar el edificio crea unos singulares espacios en doble altura en esta tercera planta.





Los cuatro patios "no centrales" son los lugares desde los que mejor se puede percibir la variedad de espacios que aparecen en el edificio al mismo tiempo. La vegetación que crece en los mismos contrasta con la rotundidad del hormigón (de igual manera que hará en las viviendas de la plaza de san Bernardo). El propósito de introducir luz natural en todos los espacios del edificio se cumple mediante estos grandes vacíos acristalados que solo se abren totalmente hacia adentro en la planta de acceso.



Finalmente, la biblioteca. Se encuentra inmediatamente debajo del patio central, conectado al mismo mediante un gran óculo que trata de iluminar el quizás sea el espacio más oscuro del edificio. La diferencia de niveles, la relación con el resto del conjunto, las librerías...todo ello confiere una gran belleza a este recogido espacio.


Pese a tener un programa completamente diferente al de nuestra biblioteca, este puede ser un buen punto de partida para nuestro siguiente proyecto...


Unos links por si queréis informaros algo más sobre este genial arquitecto:

Un artículo retrospectiva de su vida
http://www.elpais.com/articulo/arte/Fernando/Higueras/infinito/elpepuculbab/20080705elpbabart_10/Tes
La página web con toda su obra:
http://www.fernandohigueras.org/

1 comentario:

  1. la biblioteca es un esquema de asplund //
    un proyecto fantástico
    [pintalamona]

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