sábado, 8 de octubre de 2011

Semana de la arquitectura (II)

El segundo edificio que tuve ocasión de visitar esta semana es el único edificio de viviendas que José Antonio Coderch construyó en Madrid en los años 60: el edificio Girasol.

Se encuentra en pleno barrio de Salamanca, en una privilegiada manzana del plan Castro, en la intersección de las calles Ortega y Gesset con Lagasca.


Exteriormente, el edificio llama mucho la atención por contraste con los edificios de su entorno. No tiene una fachada enrasada con su parcela, sino que gira buscando la mejor orientación posible.




Esta es la documentación que nos facilitaron allí, y la verdad, de lo mejor que he visto del edificio.
Como vemos en la planta, el edificio se concibe desde el interior. Su fachada más larga, hacia la calle Lagasca, tiene orientación oeste, la menos deseable por la dureza del sol de la tarde. Por ello, Coderch trata de cambiar la orientación haciendo girar las viviendas ligeramente, logrando así abrir huecos hacia el sur-suroeste. Como consecuencia de ello, incorpora unos patios exteriores que permitirán una mejos iluminción de las viviendas, así como crear espacios semiprivados que se aprovechan en la planta de acceso para locales comerciales y en la planta bajo rasante como jardines o lugares estanciales.







Las celosías, además de tamizar el sol del oeste, dan privacidad a las estancias y dirigen las vistas hacia la calle. Las terrazas, sin embargo, han sido cerradas por los propietarios, sin entender la idea del arquitecto.




El edificio carece de portal como tal. Dispone de unas escaleras de acceso a la primera planta que es diáfana: el lujo se entiende aquí como un elegante jardín por el que es necesario pasar para alcanzar los ascensores o escaleras que llevarán a cada vivienda. Cada grupo de cuatro viviendas dispone de su propio núcleo de comunicación vertical, por lo que solo hay una vivienda por ascensor y planta.

El recorrido de acceso, en el que aparece el agua que se hace notable por su sonido, consta de giros y espacios estanciales. Está pensado como un lugar de paso y de contemplación de la calle con una perspectiva diferente.



Por último, los bajos, desde los que se puede acceder a los locales comerciales.

Fue una pena que no se pudiese acceder a ninguna vivienda (creo que yo tampoco dejaría visitar mi casa...), pero la manera que tiene Coderch de entender el lujo, las viviendas desde el interior y los espacios comunes es una buena lección.

1 comentario:

  1. miguel, esto está muy parado, tienes que actualizar el blog..sube lo que tengas de la biblioteca
    [pintalamona]

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